septiembre 20, 2004

El experimento

Me encuentro de nuevo escribiendo, en la misma computadora, en la misma silla, con los mismos ideales, casi con el mismo estilo, tecleando al mismo ritmo, pero ahora desde diferente lugar. Y es que por si no lo saben, hoy se cumplen dos semanas desde que me cambie a mi nuevo hogar. No se que tanto cambie mi escritura si cambia el medio ambiente que me rodea. No lo se aun, planeo investigarlo en estos precisos momentos,
A lo lejos detecto el cerro de mitras desde un ángulo al cual no estoy acostumbrado a ver, y sin pensarlo dos veces comienzo con el clásico ritual que conlleva a la escritura, ahora como experimento o prueba, para ver que tal andan mis capacidades escribanas en un lugar diferente. Pongo en el esterero la música destinada a abrir mi mente, aquella que según mi estado de animo me inspirara, acerco una mesa, no es la misma de siempre, porque ahora escribiré desde mi cuarto y no desde la sala. Acerco la misma silla de siempre, con la que acostumbro a usar para sentirme cómodo, prendo la computadora, espero unos minutos, hasta que se digne a encender, me pongo mis lentes, e inicio el camino acostumbrado, empiezo a dejarme llevar por mis pensamientos y a plasmarlo en un documento de Word.
Desde la ventana puedo observar como se va reduciendo la luz, principalmente producto de dos factores, la puesta del sol, indicio de que se acerca la noche, y el oscurecimiento de las nubes, indicio de que se acerca la lluvia. A lo lejos escucho llegar a los vecinos, situación que me desconcentra un poco pero aun así aprovecho para mirar a lo lejos de nuevo, alcanzando a ver todavía el cerro semi-cubierto de nubes, y abajo las luces que poco a poco van prendiéndose.Mientras transcurren los minutos voy a la mitad del escrito, o tal vez al final, dependiendo si se me ocurre alguna otra babosada. Con esto ultimo comentario, casi doy por concluido el experimento, parece ser que todo esta en la normalidad, logre mi meta, a saber: bajo las circunstancias casi controladas, escribir en un medio ambiente diferente, el mismo estilo de escritos sin sentido, sin gracia, y sin la menor idea en concreto. Solo satisfaciendo mi deseo mórbido de escuchar el sonido de las teclas.

No hay comentarios: