diciembre 20, 2003

El orgasmico placer

Todo buen principio tiene buen final.
Por supuesto que no nos podía decepcionar Peter Jackson, todo parecía indicar que el gran espera daría como resultado grandes satisfacciones. Y vaya que fueron grandes las satisfacciones, porque después de ver terminada la tercera saga de la trilogía del señor de los anillos, te quedas con un agradable sabor de boca, con la sensación de que ya puedes morir a gusto, con la firme idea de que todo aquello que habías imaginado se ha convertido en una imagen real, tal real que sientes que existe un lugar en este mundo que conoces, en un lugar mas allá del mar donde elfos, hobbits, enanos y hombres viven en armonía. Donde se vivio una historia verdadera de valentía, de entrega y de triunfos merecidos.
Como si fuera un documental ves la imágenes pasar por tu ojos, haciendo tuyas las historias, apropiándote de los recuerdos. Y llenando tu corazon de los mas puros sentimientos. No dejando espacio para mas banalidades.
Al ver la película, se te olvidan por completo, los fracasos y los fiascos de las demás películas que prometían mucho y terminaron decepcionándote. Teniendo en claro que en mucho tiempo ninguna otra película por venir superara a LOTR y ninguna otra historia te hará sentir esas sensaciones indescriptibles que tienes en tu corazón.
Se acaba la trilogía, y te quedas satisfecho, a sabiendas que tal satisfacción te durara por mucho tiempo, pero conciente que después de eso, ya no habrá nada mas que supere las expectativas, eso tal vez te pone triste. Pero esperas ansioso el DVD edición especial, donde volverás a vivir al 150% esta épica aventura. Y volverás a sentir esto que hoy sientes. El orgasmico placer de una excelente historia narrada en pantalla por excelente director.

diciembre 10, 2003

Y se hizo la luz

Camino unos pasos, me acerco a la luz, camino despacio pues me es difícil ver en la oscuridad, me es difícil recordar el porque estoy aquí, me es difícil recordar en que lugar me encontraba anteriormente. Volteo a un lado y no veo a nadie, sin embargo siento la presencia de un cuerpo respirando junto a mí, afino mí oído para intentar escuchar, y solo el silencio se hace notar. Camino unos pasos, tropiezo con algo, camino unos pasos y todo se empeora. Camino otros mas, y sigo sintiendo el aliento que me acompaña. No lo puedo ver, pero puedo percibir la presencia de una entidad. No sé exactamente que es, o quien es, simplemente siento un profundo sentimiento en mi corazón, acompañado de una tranquilidad. Eso me hace continuar
De pronto, me dice con una voz serena, pero que hace retumbar todo a mí alrededor, La hora ha llegado. Continuemos nuestro camino.
No tengo otra opción, a pesar de que no se a donde me dirijo, ni de donde vengo, pongo mi confianza en la voz desconocida. Y decido seguir adelante el camino. Siguiendo los pasos de la extraña presencia. No puedo ver mas allá, mitad por parte de la oscuridad reinante y parte por aquella pequeña luz fulgoriante que enceguece mis ojos.
Cada vez mas, me acerco a la luz, y entre mas me acerco mas me impide ver, tal vez sea por el hecho de que apunta directamente a mis ojos o tal vez a que ellos no están acostumbrados a la luz. Pero a pesar de todo deseo continuar.
Finalmente llego, es indescriptible la sensación, parte euforia, parte nerviosismo, parte miedo, parte felicidad. Y una gran tranquilidad inunda mi ser. Poco a poco recobro la vista, y toma forma la silueta de la persona que esa a mi lado. Y de pronto entiendo todo, y de pronto reconozco mi pasado, entiendo cual será mi futuro. Y el sentimiento que se encontraba en mi corazón sale al exterior y se funde con el de la otra persona, inundando toda la habitación.
Y alguien pregunta, Anyanka ¿desea tomar por esposo a Klorus por el resto de tu vida y hasta que la muerte los separe? Y el camino de mi vida toma significado.
Y una vez la misma voz dice , Klorus ¿desea tomar por esposa a Anyanka por el resto de tu vida y hasta que la muerte los separe?. Y con un par de palabras salidas de mi boca, se termina de encender la vela que iluminara por siempre los corazones entrelazados de Klorus y Anyanka