junio 27, 2005

Cayendo lento

Te encontrabas con unos amigos, como normalmente acostumbras. Los viernes después del trabajo. Terminas cansado mentalmente y físicamente después de una semana llena de mortificaciones laborales. Necesitas algo que te reanime, algo que haga despertar tus neuronas. Sacudirlas, electrizarlas. El bar al que estas acostumbrado, la música a la que estas acostumbrado, los amigos a los que estas acostumbrado. Todo un ritual que te ayuda a regresar a la vida. No lo cambiarias por nada. La botana, la conversación, los cigarros, la vista, las cervezas, la música. Todo en conjunto. Punto a punto se complementan. La noche no es noche sin ninguna de ellas. De repente, en plena conversación. Se oye un ruido debajo de tus pies. El suelo se estremece, tus piernas flaquean. Y suelo se quebranta. Tu asustado intentas agarrarte de tu mejor amigo. El te sujeta firmemente. Tu manos sudan, el miedo se apodera de ti, mientras lentamente ves incrédulo como tu mano poco a poco suelta a la de tu amigo. Y te sientes caer. Golpeando entre las paredes. Y a lo lejos lo ultimo que vez es la mirada aterrada de tu amigo, que no resistió y te soltó. En la oscuridad, sientes la tierra entrando en tus pulmones. Tu cabeza siendo golpeada por piedras, por ramas , por algo que no alcanzas a ver, pero sientes que te raspa. Caes rápidamente. Y se te hace eterno el momento. Piensas en que estas cayendo, y sigues cayendo, y no hay nada en el mundo que impida que lo sigas haciendo. Entre mas pasa el tiempo, mas te das cuenta de que será mas difícil salir del agujero. Si las cosas no fueran tan velozmente como en verdad acurren, parecería que te da tiempo de reflexionar en tu vida, en tu pasado, en lo mal que te has portado, en lo bajo que habías caído. Bueno, es que antes ya estabas cayendo en un agujero, pero no tan literalmente como en estos momentos. Si hubiera un poco de luz te darías cuenta de la sonrisa sarcástica dibujada en tu rostro al pensar lo ultimo. Vaya situación. Cayendo en un agujero interminable, queriendo salir con vida, siendo que estando en vida, no hacías nada por salir el agujero. Y las promesas y juramentos inician. La suplicas, las peticiones. El temor. Ya no es el temor de no salir, ahora es el temor de lo que viene. Del golpe seco que sientes próximo, ya estas escuchando tus huesos crujir. Te destrozaría por completo. Acabaría con tu vida. Aunque prefieres eso que quedarte atrapado en un agujero, muriendo de hambre o asfixiado. Dos segundos mas, y se oye un golpe seco, seguido de una sensación húmeda. Un poco inconsciente, te sientes con vida, renaces del agua. Triunfal, agradecido, y profundamente adolorido. Nadando llegas a la orilla. Todavía confuso. Todavía con miedo, todavía sin saber que hacer. Ves a una silueta, te sientes feliz, alguien mas viviendo tu desfortunio. Tal vez juntos puedan sobrevivir, tal vez juntos entiendan que paso. Mientras tus ojos se acostumbran a la luz, poco a poco vez mas siluetas. Y minutos después ya alcanzas a distinguir rostros, caras incrédulas y burlonas. ¿Por qué la risa? Preguntas confuso. “Por tus ultimas palabras antes de caer”, responden burlones. Haces un esfuerzo por recordar, y entonces tus ultimas palabras llegan a tu mente. “Modelo Light, que me trague la tierra si esto sabe a chela”.

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