Tras recibir el dinero, santiago regresa a su casa lentamente. Cansado de tanto trabajar, cansado de no ser tomado en cuenta. Hastiado de tanta incertidumbre. Su esposa lo espera en la casa, sentada frente al microondas. Asegurándose de que el plástico de la comida congelada deje pasar un poco el aire. No le dio tiempo de cocinar algo rico, porque se la paso viendo novelas. Santiago entra a su casa arrastrando los pies, tirando la corbata y el maletín. Quitándose la camisa que alguna vez fue blanca y ahora esta manchada de mugre en el cuello. Arrugada. Sucia. Con manchas en la región de las axilas. No tienen hijos, por lo que no hay nadie que lo reciba. La televisión a todo volumen, mientras Luisa sigue en la cocina frente al microondas. Decidiendo que más va a cocinar o más bien que calentar. Da lo mismo. Santiago entra, se acuesta en el mueble. Quitándose lo Zapatos. Aburrido, Cansado, Fastidiado. Fija su mirada en el techo. En una protuberancia en el techo color café. Un pedazo de chicle que pego en alguna ocasión que no recuerda. Solo sabe que fue hace mucho tiempo. Y viene el tic en el ojo derecho. Solo le ocurre cuando esta enojado. Y no puede descargar su furia. Traga saliva. Escupe en el piso. Maldice en Ingles.
Suena el microondas indicando que ya termino el tiempo indicado. El tic de santiago se hace más insistente, tanto que hasta una de las venas le sobresale. Otra vez comida congelada, piensa en su interior, Maldice en su interior. Traga saliva y escupe en el piso. Tres segundos después se escucha un golpe seco en la sala, retumba en la sala. Incluso se oye un eco. Solo puede tratarse de Luisa al golpear en la frente a Santiago. Ya se dio cuenta de las escupidas en el piso. Se va a la cocina rápidamente enojada, agarra el trapeador, todavía lleno de agua sucia, lo lleva a la sala mientras escurre en todo el camino. Llega frente a Santiago y se lo avienta. La camisa blanca en el piso se llena de agua sucia. El tic de santiago se pasa al otro ojo, Mientras él maldice en español, traga saliva e inmediatamente después escupe a Luisa. Se levanta Santiago, maldice en ingles. Agarra el trapeador. Y intenta quitar el chicle pegado en la pared. Enojado. Mientras en sus esfuerzos por alcanzar el techo se le caen los pantalones
Final casi real.
Luisa se ríe a carcajadas. Santiago se enoja más. Luisa se ríe a carcajadas. Santiago sigue enojado. Luisa se ríe a carcajadas. La risa le ilumina el rostro. Santiago recuerda ese rostro iluminado al que tanto ama. Recuerda cuando eran felices. Y se ríe a carcajadas.
Final Real
Luisa se ríe a carcajadas. Santiago se enoja más. Luisa se ríe a carcajadas. Santiago sigue enojado. Luisa se ríe a carcajadas. La risa burlona se oye en todo el cuarto. Santiago recuerda la risa burlona de su jefe al despedirlo horas antes. Humillándolo. Santiago golpea a Luisa brutalmente, tanto que Luisa va a parar al hospital. Santiago recuerda ese rostro golpeado al que tanto ama. Recuerda cuando eran felices. Y se ríe nerviosamente.
Final irreal.
Luisa se ríe a carcajadas. Santiago se enoja más. Luisa se ríe a carcajadas. Santiago sigue enojado. Luisa se ríe a carcajadas. La risa burlona se oye en todo el cuarto. Santiago recuerda la risa burlona de su jefe al despedirlo horas antes. Humillándolo. Luisa golpea a Santiago amorosamente, El con los pantalones caídos, ella desnuda tapándose solo con la camisa blanca. El amarrado y subyugado lleno de satisfacción. Ella dominante y burlona jadeante de satisfacción. Santiago recuerda ese rostro sudoroso. Recuerda cuando eran felices y hacían el amor tranquilamente. Y se ríe a carcajadas.
¿Y tu cual final Prefieres?,
mayo 23, 2005
mayo 17, 2005
¿Has deseado alguna vez borrar algo tu mente?.
Mensajes confusos, imagen difusas. Momentos extraños, lamentos amargos. Dos de la mañana, las imágenes de mi mente carcomen mi cerebro. Haciendo sangrar la venas. Me levanto llorando. Triste y desolado. El ángel de la noche cae envuelto en llamas, gritando desconsolado, sufriendo el fracaso logrado. Mis manos lo levantan haciendo un esfuerzo mas que humano. El olor a azufre penetra en todo mi cuerpo , restándome fortaleza. Y siguen cayendo cuerpos quemados del cielo. Caballos sangrantes, alas consumidas por el fuego. Rebotan en el piso levantando una capa de polvo. Se mezclan en el ambiente, Sangre, sudor y lagrimas. Un dragón sobrevolando el cielo, retador, desafiante, lanzando llamas de fuego por la boca. Empuñando una espada en unas de sus filosas garras. Cortando de tajada las cabezas de los Ángeles que se acercan presurosos. Sabiendo que su destino esta ya echado. Valerosos, sin armas arremeten contra el gran animal volador, intentando con todas sus fuerzas detenerlo. Siendo brutalmente cortados mientras caen envueltos en fuego. El tiempo esta acortándose. Las legiones están acabándose. No hay poder divino que termine esta masacre.
En cielo oscurecido, dejando caer enormes bolas de fuego. Mitad cuerpos de Ángeles que han sido derrotados, mitad enormes piedras rojizas ardientes. Destruyen todo aquello que se topan en el camino. Acabando con cualquier ser viviente que se encuentra bajo de ellos.
Sangrado encuentro mi cuerpo, mitad sangre de Antón, mitad sangre mía. Descubro mi piel quemada, unida a la piel de el. Sus ojos tristes me miran. Penetrando su mirada. Dejándome ver imágenes mas atroces aun. El inicio de esta batalla sangrienta, y lo que es peor aun, el final de ella. En sus ojos las imágenes se ven cada momento mas claras. Entiendo su pesar. El hecho de saber el final, no los excusa de no intentar cambiar el destino fatal. Valerosos esfuerzos por cambiar el futuro. Intentando levantarse, es detenido por la punta de una espada. Hasta ese momento no había notado que sigilosamente se acercaba el dragón. Poco a poco el ambiente era inundado de una mezcla de azufre, miel y amonio. Sofocante aire caliente entrando a mis pulmones. La garra del monstruo tomo el cuerpo sangrante de Antón. Apretándolo fuertemente, escuchando el crujir de sus huesos. Viendo como una de las alas era arrancada de tajo.
Sentí la mirada fija hiriente de aquel atacante. Su dientes filosos parecían moverse, dejando pasar entre ellos fragmentos de cuerpos quemados. Hasta ese momento sentí miedo, sabiendo el destino de mi amigo, sabiendo el final tormentoso. Esperando el final doloroso.
En mi mente retumbaban unas palabras emitidas por el dragón en un lenguaje extraño, diabólico pudiera decir yo. Palabras que se me hacían conocidas. Palabras que no hallaba significado.
¿Dyaset Valseret vus?[1] ¿Dyaset gorgona dan Karjo vus?[2]
Maldito desgraciado verdadero aborto del Demonio.
[1] ¿Tienes Miedo?
[2] ¿Estas a punto del infarto?
En cielo oscurecido, dejando caer enormes bolas de fuego. Mitad cuerpos de Ángeles que han sido derrotados, mitad enormes piedras rojizas ardientes. Destruyen todo aquello que se topan en el camino. Acabando con cualquier ser viviente que se encuentra bajo de ellos.
Sangrado encuentro mi cuerpo, mitad sangre de Antón, mitad sangre mía. Descubro mi piel quemada, unida a la piel de el. Sus ojos tristes me miran. Penetrando su mirada. Dejándome ver imágenes mas atroces aun. El inicio de esta batalla sangrienta, y lo que es peor aun, el final de ella. En sus ojos las imágenes se ven cada momento mas claras. Entiendo su pesar. El hecho de saber el final, no los excusa de no intentar cambiar el destino fatal. Valerosos esfuerzos por cambiar el futuro. Intentando levantarse, es detenido por la punta de una espada. Hasta ese momento no había notado que sigilosamente se acercaba el dragón. Poco a poco el ambiente era inundado de una mezcla de azufre, miel y amonio. Sofocante aire caliente entrando a mis pulmones. La garra del monstruo tomo el cuerpo sangrante de Antón. Apretándolo fuertemente, escuchando el crujir de sus huesos. Viendo como una de las alas era arrancada de tajo.
Sentí la mirada fija hiriente de aquel atacante. Su dientes filosos parecían moverse, dejando pasar entre ellos fragmentos de cuerpos quemados. Hasta ese momento sentí miedo, sabiendo el destino de mi amigo, sabiendo el final tormentoso. Esperando el final doloroso.
En mi mente retumbaban unas palabras emitidas por el dragón en un lenguaje extraño, diabólico pudiera decir yo. Palabras que se me hacían conocidas. Palabras que no hallaba significado.
¿Dyaset Valseret vus?[1] ¿Dyaset gorgona dan Karjo vus?[2]
Maldito desgraciado verdadero aborto del Demonio.
[1] ¿Tienes Miedo?
[2] ¿Estas a punto del infarto?
mayo 09, 2005
Despertar al final del cuarto mes
Esto es tan solo uno de los juegos de la vida. Mi vida es tan solo un juego de la vida. El pequeño dentro de mi mente se asoma una vez al año. Cada treinta del cuarto mes. Le duelen los ojos al asomarse, quizás porque estuvo dormido, quizás porque estuvo en lo oscuro. Se asoma lentamente, aturdido. Confuso. Dormido.
Sin saber a ciencia cierta en donde se encuentra, quien a su lado encuentra, porque hasta este momento encuentra. Poco a poco su cara de extrañes se convierte en una mirada de tristeza. Recordando el ultimo momento en que salió a jugar, recordando el ultimo juego que le hizo sonreír.
Mientras tanto, lo miro escondido, esperando su reacción, observando aquella acción. Seguro llorara, seguro estará aterrado, seguro querrá gritar. Seguro por su cabeza pesara el desconsuelo. Seguro su pequeña alma querrá escapar de aquí.
Me compadezco de el, lamento tanto lo de el, Estoy tan triste por el. Es obvio lo que seguirá, es obvio por lo que pasara, es mas que obvio lo que sentirá. Estoy en silencio esperado su reacción. Lo he olvidado por mucho tiempo, lo he dejado arrumbado en lo oscuro de mi mente, me he escondido de el. Por eso sé lo que siente. Si de pronto yo saliera de la oscuridad, después de un largo tiempo, seguramente estaría tan confuso como el, seguramente me arremetería en rencor contra aquella persona que me ha olvidado, que me ha descuidado, que me ha abandonado. Maldeciría su vida, odiaría su existencia. Y desconsolado lloraría.
El niño dentro de mi mente ha salido completamente, se le ve su cara confuso, triste, dudoso. Levanta su mirada hacia donde me encuentro. Buscándome, sin querer hallándome. Se acerca, lentamente, con las manos detrás de la espalda, escondiendo algo. Y se detiene cerca de mi.
Esperando su reacción, no queriendo tal acción. Me quedo mirando culpable.
Saca de su escondite la mano, mostrándola frente a mi. Empuñando algo. Pone su mano cerca de mi. Fijando mi vista sobre su mano, lentamente veo como se abre, y aparece ante mis ojos una pequeña pelota amarilla. Desconcertado levanto mi vista para verlo a los ojos. Y me quedo maravillado al encontrarle una hermosa sonrisa en el rostro, deslumbrante, contagiante. Confortante. Y al fin recuerdo el ultimo juego.
Valió la pena tanto tiempo, vale la pena recordar. Vale la pena el esfuerzo. Vale la pena esperar. No recibí recriminación alguna, ni llanto, ni rencor. Solo alegría, juegos y risas. Y una solicitud más. Que aunque el aguarda todo el año, les gustaría salir mas tiempo y volver alegre a Jugar.
Sin saber a ciencia cierta en donde se encuentra, quien a su lado encuentra, porque hasta este momento encuentra. Poco a poco su cara de extrañes se convierte en una mirada de tristeza. Recordando el ultimo momento en que salió a jugar, recordando el ultimo juego que le hizo sonreír.
Mientras tanto, lo miro escondido, esperando su reacción, observando aquella acción. Seguro llorara, seguro estará aterrado, seguro querrá gritar. Seguro por su cabeza pesara el desconsuelo. Seguro su pequeña alma querrá escapar de aquí.
Me compadezco de el, lamento tanto lo de el, Estoy tan triste por el. Es obvio lo que seguirá, es obvio por lo que pasara, es mas que obvio lo que sentirá. Estoy en silencio esperado su reacción. Lo he olvidado por mucho tiempo, lo he dejado arrumbado en lo oscuro de mi mente, me he escondido de el. Por eso sé lo que siente. Si de pronto yo saliera de la oscuridad, después de un largo tiempo, seguramente estaría tan confuso como el, seguramente me arremetería en rencor contra aquella persona que me ha olvidado, que me ha descuidado, que me ha abandonado. Maldeciría su vida, odiaría su existencia. Y desconsolado lloraría.
El niño dentro de mi mente ha salido completamente, se le ve su cara confuso, triste, dudoso. Levanta su mirada hacia donde me encuentro. Buscándome, sin querer hallándome. Se acerca, lentamente, con las manos detrás de la espalda, escondiendo algo. Y se detiene cerca de mi.
Esperando su reacción, no queriendo tal acción. Me quedo mirando culpable.
Saca de su escondite la mano, mostrándola frente a mi. Empuñando algo. Pone su mano cerca de mi. Fijando mi vista sobre su mano, lentamente veo como se abre, y aparece ante mis ojos una pequeña pelota amarilla. Desconcertado levanto mi vista para verlo a los ojos. Y me quedo maravillado al encontrarle una hermosa sonrisa en el rostro, deslumbrante, contagiante. Confortante. Y al fin recuerdo el ultimo juego.
Valió la pena tanto tiempo, vale la pena recordar. Vale la pena el esfuerzo. Vale la pena esperar. No recibí recriminación alguna, ni llanto, ni rencor. Solo alegría, juegos y risas. Y una solicitud más. Que aunque el aguarda todo el año, les gustaría salir mas tiempo y volver alegre a Jugar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)